Vamos a las playas. Desde los miradores contemplamos la ría. Vemos a miles de personas trabajando en la pesca o el marisqueo. Le llamamos berberecho incluso al rally local. Todo el rato tenemos el mar en nuestros ojos y en nuestra cabeza. De esta forma no es extraño que minusvaloremos los productos de la tierra. Pues bien, vamos a dedicarle este párrafo a su defensa.
La excepcionalidad de los productos de la ría no nos debe hacer perder de vista la importancia de las huertas. No sólo por el aspecto secundario: patatas, cebollas, pimientos… o de “colaborador necesario: ¿cómo haríamos una empanada de berberechos sin el maíz adecuado?
Pero hay algo más. Contamos con una cabaña ganadera de gran calidad. En el interior de Outes y Lousame se producen carnes de gran calidad. Hagamos la prueba. Si somos un grupo numeroso, siempre habrá alguien que no quiera pescado (hay gente para todo…). Pues bien, dejémosle que pida un entrecot o una chuleta. Posiblemente la ración sea muy grande (en Galicia somos así), es probable que le sobre algo. Probémoslo. Ya verás qué sorpresa. De los productos del mar ya esperábamos esa calidad, los de la tierra nos cogen de improviso. Posiblemente te encuentres felicitando al cocinero por la calidad de la carne servida en un puerto pesquero. A nosotros nos ha pasado…
Por último no podemos dejar de celebrar tradiciones populares como las famosísimas fiestas patronales, que en Lousame nos dejan a todo el pueblo dedicado a la preparación de un tradicional cordero del que nos acordaremos toda la vida.